En esta época de cambio, de inseguridad y de incertidumbre, es VITAL agarrarse a esas pequeñas cosas que te permiten mantener la serenidad y el rumbo fijo en medio del vendaval que nos azota.
Hablo metaforicamente del "vendaval" que nos rodea y nos intenta estrellar contra acantilados y banquisas.
Vendavales laborales, sociales, familiares e incluso existenciales contra los que hay que luchar y no dejarse arrastrar sin al menos plantar cara.
Un pequeño islote en el que resguardarse de la tormenta son las que llamamos "Salidas Cal Dimoni".
Una pequeña concesión que nos permitimos hace ya varios años y que consiste en pedalear los miercoles a`partir de las 7.30 de la tarde hasta un poco mas de las 9 y que se culmina con una cervezita en alguna terraza cerca de casa.
Nos estresamos un poco para llegar en punto a la hora de la cita saliendo a todo trapo del trabajo, pero que tiene su recompensa y hace que no te arrepientas del esfuerzo.
Hoy hemos empezado "suavecito" evitando la subida de los bidones, lo cual no ha podido evitar que igualmente nos peguemos una sudada de campeonato.
Hemos recorrido todos los senderos "exfoliantes" que hemos pillado y hemos recuperado algunos caminos largo tiempo olvidados y asi sin proponernoslo hemos aparecido en el vigia "ALFA".
Despues para seguir, alguien a propuesto ir a la "cuesta del Guille" y a pesar de las protestas y de "estirar" un poco de mas el horario, hemos acabado cediendo.
Asi que al final hemos acabado con algo mas de 18 kilometros y con mas arañazos que un nazareno.
La cervecita con limón nos la hemos tomado con los brazos bien pegados al cuerpo, pues soplaba un airecito fresquete que nos ha invitado a levantar rapido el campamento y volver para casa.
A sido una buena inauguración de temporada.. para el próximo miercoles ya tenemos pensadas montones de opciones para dar pedales otro ratito.
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