domingo, 28 de abril de 2019

#YOSOYBOYA


Pues sí chavales, aquí Jaime-criatura para servirles. Esta semana he decidido (con un sutil
requerimiento por parte de KM) hacer el blog de la salida sábado-matinal. Los barrigas
estamos, como siempre, a la vanguardia de las últimas tecnologías. Y para no ser menos ahí va
el título con hashtag incluido. El que va a ser el próximo trending topic mundial. O como diría
Gerardo, “eso que eh”.
A la hora acordada y en el punto de encuentro nos reunimos nosotros, intrépidos ciclistas a
punto de caramelo: Picatoste, George, Adrian y Carlos (su cuñao), Ramón, Marc "Ciborg", Pakito, Andrew, Gerard, KM, Gerardo, Alberto y un servidor. Sí, y digo a punto de caramelo porque antes de
salir ya vi a Gerardo de reojo frotándose las manos. No le di importancia porque pensé: “mira,
tiene frio”. Después lo entendí.
Esta vez salimos desde la clínica del Carmen con destino Collserola. El punto de avituallamiento
iba a ser Can Valldaura, más conocido por el “tiroriro” o “prohibido cantar”. Cantar no sé, pero
la ostia que nos metieron en el almuerzo fue considerable. Aviso a navegantes: pedir el menú
infantil a 12 euros, os saldrá más barato.
La ruta bien bien no os la puedo describir porque estuvimos más tiempo mirando al suelo y
cabeceando que llaneando y bajando, ya me entendéis. Sé que fuimos hasta la cuesta del
perro, llegamos a Montcada, subimos por el Dragon Khan y bajamos a pie por un tramo
impracticable hasta que llegamos a la pista de Can Catà. En mitad de este tramo, Gerardo, en
una de sus demostraciones de liderazgo y dotes de mando lanzó un aviso al grupo, y gritó con
su voz potente: “Yo soy boya!!” (traducción: seguidme, os guío). A todo esto Ramón se quedó
con cara pensativa y le dice: “Gerardo, si las boyas están en medio del mar, más a la deriva que
otra cosa!”. En fin, risas y a continuar subiendo para variar. Llegamos a Can Valldaura, resto-
choza-aposento más conocido por la prohibición de cantar y las ostias que te meten. Por lo
demás en la terraza estuvimos de lujo. Un día inmejorable, el sol que calienta sin molestar, una
brisa fresquita y agradable... y la mejor compañía. No se puede pedir más!
Una vez finalizado el almuerzo llegamos hasta Montcada, no si antes disfrutar de las trialeras y
caminitos (no se podía subir más). Aquí el grupo se dividió, unos volvieron por el río (un
servidor, Alberto y George) y los demás subieron por la cuesta del perro.

















FE DE ERRATAS Y NOTA DEL TRADUCTOR:
Agradecer la aportacion valiosisima de todos los colaboradores de este , vuestro BLOG , esta semana particularmente por el texto divertido y currado de "LA CRIATURA" y las fotos esforzadas de "PICAPIEDRA" y Ramón ( que ya no es "EL NUEVO" y pasaremos a llamar "EL BAILÖN" )
Asimismo hacer una pequeña rectificación acerca del regreso del ultimo grupillo que no fué por "La cuesta del perro" sinó por "El camino de los minerales" ( que no es lo mismo pero es igual...como dijo la canción )
Gracias a todos por colaborar y a los demás por participar y estar aqui leyendo.

domingo, 7 de abril de 2019

"LAS CHICAS DEL LAGO" ( crónica de un delirio anunciado )


Ante la incertidumbre de una jornada climatológica insegura , y la supuesta duda que la ruta pueda masacrar a alguno , se antepone sin duda, un ansia de almorzar cual cocodrilos en Masai-Mara ante la llegada de los ñus.
   Marcados por jornada precedente, Barrigas y acompañantes ponen su objetivo en la hípica CAN ROVIRA. Este lugar de alcohol y carne supondrá el eje que marcará el  destino y fundamento de una matinal alegre, divertida, variada y sobre todo risueña, muy risueña.
  8.00 AM.
11 hombres sin piedad desde la clínica del Carme, ascienden por  entretenidos accesos hasta el collet de Vallensana. Mañana aún humeda, pero que promete, mirando al cielo, que la meteo será benigna. Cielo azul primaveral, salpicado de alguna que otra nube algodonosa sin ápice de amenaza.
   Cruzando la carretera de la Vallensana , la inclinación del terreno se acentúa y empieza a poner a cada uno en su sitio. La ventaja del grupo es el conocimiento de la ruta hasta la Coscollada que hace la dosificación necesaria para llegar con algo de resuello al punto mas alto de la jornada.
   Rápido descenso hasta la Conreria , optando por las dos variantes, pista o sendero propio de mineros, y que tras cruzar la carretera de la misma, pone al grupo en pos de las traseras del turó de Galzeran, buscando primero por pista ancha y mas tarde por un corriol de grado subjetivo  la Font de Ca.
  Se continua descendiendo hacia Santa Maria de Martorelles, se cruza y se llega bordeando a través de sendero y pista hasta los aledaños de Sant Fost.
   A través de múltiples charcos que la lluvia dejó pocas horas antes , alcanzamos un descampado con un furgón quemado que haría las delicias de cualquier pirómano.
  Bordeado el mismo, y ya sin perder altura, el grupo se encamina a buscar el sendero de la ruta “ Pilingui”, para en unos metros ascender por un corriol que nos va a dejar a las puertas del cielo gastronómico.
  Antes de que el allioli destroce estómagos, nos dirigimos momentáneamente a la curiosidad del día : Un Lago artificial de medidas nada desdeñables que conjuntamente con cuatro señoras de edad madura, provocaran unas delicias visuales que nos acompañaran en algún sueño húmedo futuro.
  Tras fotos de rigor y recobrando la “puta” rampa pedregosa que nos dejó en el lago , ya sí, ya llegamos a Can Rovira.
   Vino, gaseosa, cervezas varias en lo líquido, callos, chorizitos, olivas y mas tarde costillas de cerdo, pinchos etc…en lo sólido , reponen nuestras fuerzas.
   Ni que decir tiene del efecto de carajillos y chupitos que culminan el almuerzo.
  El que subscribe, aún lleva la torrija encima a la hora de escribir esta crónica.
   Vuelta por el rio Besós y separación de parte del grupo que decide continuar por el mismo, mientras los mas osados, y por ende alcoholizados, entoman sin complejos la ruta del “Perro “, para, tras ascenso tranquilo y castigador nos devuelve a la cornisa en el Bosc d`en Vilaró.
  De ahí y en veloz trialero descenso a través del valle de Betlém, deposita al menguado grupo en su punto de salida y dando por finalizada la jornada.
   La misma no pasará a la historia por su recorrido, pero si lo hará por ser la que se ha estado más tiempo comiendo que montado en la bici.
 En resumen, gran matinal ciclogastronómica de un grupo homogéneo, sufridor y valiente cuyo horizonte empieza definirlo más la cocina que las ruedas.

Un placer del redactor.
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