El Montseny nunca defrauda.
Cualquier época del año es buena para llegarse hasta Santa Fe, Viladrau, Arbúcies, Collformic...cualquier rincón de este macizo.
Pero a mi parecer es en otoño cuando el espectaculo cromatico le confiere al Montseny su momento mas algido.
Y a mi me pasa como a Heidi...que depende de en que época del año me entra la ñoña y "la llamada de la selva" me hace retornar a esa montaña inevitablemente.
Ya llevo bastantes años fiel a la cita anual y con cada visita descubro nuevos rincones, nuevos senderos , nuevas posibilidades...un microcosmos betetero al alcance de la mano.
Ademas personalmente para mi las excursiones por esta montaña me traen inevitablemente recuerdos, sentimientos e incluso olores de mis inicios en esto del "muntanbike" , cuando una excursión de mas de 30 kilometros era toda una proeza y cuando salir mas alla de serra Marina era una aventura digna de Indiana Jones.
Las primeras salidas desde Riells...los desayunos en la perdida masia del Coll de Té con su vino afrutado y su ambiente autenticamente rustico...los descubrimientos de como enlazar con la pista de "peaje"...las llegadas agonicas a Santa Fé donde corriamos a refugiarnos al Avet Blau para entrar en calor y comernos un estupendo y merecido plato de butifarra con "monchetas" y patatas...
Poco a poco, año tras año, aprendimos a "rentabilizar" nuestras excasas escapadas a esta montaña con la experiencia de años anteriores y nuestra modesta evolución en el ambito del BTT.
Estos últimos tres años son reflejo de esta evolución y cada salida al Montseny se ha convertido en una pequeña "obra maestra" de ruta betetera.
Se busca conjugar lo mejor de lo conocido, con algun toque de aventura buscando opciones nuevas y siempre intentando hacerlo coincidir con el momento cumbre de la estación otoñal.
Este año , que el otoño se esta comportando tan atipicamente, no hemos coincidido en la montaña con su momento de máximo esplendor...asi que si alguien se anima a repetir la ruta el próximo finde o incluso el siguiente estoy seguro que no se arrepentirá del viaje hasta el Montseny.
Este año, a "la llamada de la selva", acudimos Gerardo, "Moncho", Carlos "El pintor" y yo.
De nuevo fijamos como inicio de ruta Arbucies y el proyecto era "ensamblar" la ruta de hace dos años con la del año anterior.
Empezamos subiendo desde Arbucies por la pista de "peaje" ( que por cierto, han abierto una pequeña variante para esquivar el paso por la masia que cierra el paso con una cadena ) y dejando dicha pista antes de llegar a Coll de Te.
Alli tomamos el desvio que nos hace pasar por la font de Marianegre y acabamos enlazando con otra pista que tambien sube desde Arbucies pero pasando por otro vallecito.
Esta nueva pista es la que conduce hasta el coll de Sesferreres donde se encuentra con la carretera de Sant Marçal a Santa Fe, pero como yo siempre intento esquivar en lo posible el asfalto busqué una opcción que enlazara con el descenso inedito hasta la Casanova dels Crous.
El intento fue un fiasco que nos consumió tiempo y fuerzas teniendo que claudicar pasando por un tramo de un kilometro de una preciosa carretera.
El enlace inedito desde la carretera pasando por Arimells y acabando en el Coll de Bordoriol fue laborioso y desgastador acabando en dicho collado donde estaba previsto desayunar casi a la una del mediodia.
menos mal que alli nos recibió un solecito reconfortante al abrigo de los suaves y frescos vientos que nos habian acompañado toda la mañana pudiendonos "regalar" un desayuno de pastor como mandan los canones.
Buen vino en la bota...buenas olivas...buenos bocatas...gran paisaje y estupendo ambiente.
Como es extremadamente tarde en nuestro planteamiento horario , preparo una alternativa de "escape" que nos tiene que permitir enlazar con la masia de Vilarmau para ya desde alli iniciar el apoteosico descenso hacia Arbucies.
Conseguimos encontrar "el paso" aunque dudo yo que la nuestra sea la mejor opcción posible , pero que nos permitió esquivar otro tramo de carretera.
El descenso final desde la planta embotelladora es de pelicula...tramos rápidos, algun trozo técnico y cuando llegamos al fondo de la riera de Arbucias el colofón final en forma de sendero intimo y minimalista resiguiendo el curso de la riera hasta acabar finalmente al lado de donde habiamos aparcado la furgoneta.
Como suele ser tradición, llegamos "petaetes" y "resecos" por lo que nos tiramos de cabeza al bar del campo de futbol donde habiamos empezado pero esta vez en vez de a cervezas solo nos atrevemos a tirarnos a Cocacolas con patatas fritas por cortesia de Moncho "el padrino por un dia".
En resumen una excursión ***** estrellas para cualquiera con un minimo de preparación que quiera disfrutar de algunas de las maravillas que ofrece el Montseny.