Crónica de una trialera anunciada. La trona del Rey.
Nos convocamos a las 9 de la mañana, buena hora para el invierno. Lo de las 8h es un drama, sólo en verano lo compro.
El finde en cuestión hizo bueno, sobre los 18 grados al mediodia, aunque viento, durante toda la jornada brilló el sol. Justo hacía 3 años de la última visita a la Trona, primera para mi en aquella ocasión.
Esta vez nos reunimos Michel, Sergio “W”, Ciborg, Albert y el cronista de esta ocasión, Jordi T.
Sobre las 9:30 empezamos la excursión, entre que no somos todo lo puntual que deberíamos y que hay que desmontar las burras y ataviarse, viene siendo lo normal.
Bueno el caso es que nos dirigimos por pista hacia le ermita XXX (poner el nombre) donde hace tres años nos paramos a almorzar, y debimos llegar previo floreo, porque esta vez me pareció que llegamos muy rápido. Si bien es cierto que tres años atrás sólo 2 de los 6 fuimos con eléctrica, Sergio, Carlo, Ciborg i Aleix fueron en pulmonar. De modo que seguramente el mismo camino se haría más lento. Esta vez no paramos al almorzar, solo paramos unos minutos para que los que llevan protecciones se las pusieran y nos tiramos por una trialera (nombre NPI que alguien lo ponga) catalogada como roja, debido a la cantidad de frutos del bosque que había por todas partes y que nos dejaron las bicis hechas un cristo. Con salpicaduras por todas partes y frutos metidos por todos los recovecos de las bicis. La trailera nos gustó a todos mucho, no la recuerdo excesivamente técnica y con tramos rápidos. Algún paso escalonado de culo pa tras sobre piedras. Pero ahora mismo, una semana después, no me pareció difícil, eso sí, muy muy divertida.
Pero como el amigo Newton indica, todo lo que sube, baja y todo lo que baja, antes ha subido. Lo que significa que, para volver al objetivo, que era la trialera de la TRONA, que en esencia sale de la ermita mencionada anteriormente, nos tuvimos que chupar una pelfa (como diría Manolo, a ver si te operan ya de la rodilla) de subida por pista de unos 8 km. Suerte que íbamos con eléctrica, pero se nos metió el miedo en el cuerpo pensando que era salida larga de mucho desnivel y quisimos ahorrar energía, que a la postre nos haría mucha falta. A mí se me hizo eterna y creo que, al resto, en mayor o menor medid también. Al cabo de mucho rato llegamos por fin a la ermita. Entonces sí que paramos un poco más para comer algo. Alguna barrita, algún que otro plátano cuya cáscara pasó a formar parte de la comida de insectos varios, que después servirían de comida para los pájaros y a la vez para otros mamíferos más grandes, cuyos excrementos servirán de abono para nueva vegetación. En definitiva, un cierre magnífico del círculo de la vida.
Pasado el descanso, un par de fotos y el inicio de la banda sonora de la salida, con Michel recordando un clásico del tecno o dance, bailado 25 años atrás en el pódium de la Carpa (de Titus), enfilamos el inicio de la TRONA. Objetivo del día, junto con la comida.
Al poco de empezar, zona cortada, imaginamos que, por algún desprendimiento de árbol o tierra, seguimos unos metros más hacia adelante por la pista y a mano izquierda, bien marcado con piedras ambos lados y una línea blanca de cal en el suelo, empezamos el descenso de entre 10 y 13 km, no tengo ni idea. Los primeros tramos entre el bosque cerrado con subidas y bajadas, el típico rompe piernas si vas con pulmonar, muy divertido. En un punto del recorrido, no llevábamos mucho rato, Michel que iba abriendo pista y mirando el recorrido en el móvil que lleva en el manillar, se despistó por un instante y en lo que sería o una bajada o un salto, no fue ni una cosa ni la otra, fue una caída con mini susto en un brazo. Que llego a ser yo y se me sale del hombro. Él que está hecho un morlaco (¿verdad que si Lola?) se repuso rápido. Lo vi todo en primera fila, yo iba justo detrás. En la caída se le salió un poco el neumático de la llanta, le entró tierra y hojas y eso hizo que perdiera aire. Después de un ratin de mecánica y dale que te pego al manubrio de la mancha, pudimos volver al descenso.
La cosa empezó a ponerse complicada. Es una bajada, a ratos bastante técnica, que te machaca los cuádriceps y las muñecas. Mucha curva cerrada que requiere de equilibrio y que se transita por encima de piedras grandes, en su mayoría fijas, pero algunas traicioneras que al pasar por encima les da por moverse. Pensé en el bosque de los trolls de piedra de Frozen. Otros tramos con bajadas, cortas, pero con mucha pendiente. Y otros tramos de los llamados “pasos de fé” donde solo cabe el neumático y poco más, con la montaña a la izquierda y el barranco a la derecha. Uno de esos pasos lo pasamos a pie, pues estaba medio derruido. Muy posiblemente en un par de lluvias ya no se podrá pasar, a menos que alguien lo arregle.
Nos paramos para hacer fotos y videos de los “descenders”, en el mismo sitio donde tres años atrás hicimos lo mismo. Un punto donde la trialera es una especie de tobogán en forma de “L” erosionado en la roca por efecto del agua i el viento. Un punto con unas vistas espectaculares del parque natural de les Guilleries y de un tramo de l’eix transversal.
Seguimos bajando y ya hacia el final otro paso de fe, pero esta vez, no sé si Michel la bajó, yo iba el tercero en ese punto, pero el resto poco más o menos que hicimos barranquismo ayudándonos los unos a los otros a bajar las bicis. Era una bajada de tierra muy empinada estrecha y con barranco. Muy posiblemente mejor bajarla montado en la bici, pero de seguido, es decir, sin frenar al llegar e intentar tirarle dese parado. Parece una tontería, pero muchas veces las zonas empinadas (estilo el inicio de la gastronomía catalana o el desvío a la derecha del buda, o el tramo más empinado del big mandril o algún tramo de la padme line, para entendernos) es mejor tirarles sin parar antes, porque entonces entran las dudas y en ese momento es justo cuando nunca hay que lanzarse. Yo creo que es lo que nos pasó…a parte de que había un árbol justo en la entrada, pero bueno…otro año a ver si le tiramos.
Por fin llegamos al final y empezamos a subir los MALDITOS 13KM hasta llegar al restaurante. El primero Albert que le puso el turbo al final, apurando batería, el más listo, se trajo el cargador. Después al poco llegaron Sergio y Michel y a los 10 minutos Cirborg y yo, él porque iba xino xano para ahorrar batería y yo porque a ratos se me apagaba el puto motor por mal contacto de la PUTA batería. Por fin llegamos todos, una hora por encima de la reserva, aunque en algún momento alguien debió llamara para avisar.
La comida muy rica, pero el servicio muy lento, estaba abarrotado el restaurante. Como le dábamos a la sin hueso pasamos un buen rato. Los embutidos de los entrantes MUY ricos, algo escasos, pero bueno. La amanida correcta, la escalivada llegó tarde, no estaba mal, pero otra vez algo escasa, para 5 adultos con pecho en pelo. Y los guisantes cocinados con ratafía MUY ricos y como trajeron varios boles, hubo para todos. Me dio la sensación, que, al ser de los últimos comensales, de guisantes les sobraros y nos los trajeron a nosotros. Eso bien.
Caso a parte los segundo, bien cargados, sobre todo el arroz de montaña con setas y buti, que nos pedimos Ciborg y yo. Los otros pidieron estofados variados también muy sabrosos. El uso de la ratafía en la cocina del lugar es su punto diferencial.
Postres, caseros. El yogur con mermelada de mandarina, espectacular. Me sorprendió.
Llegó el momento de pagar, alguno pilló lotería e irnos. Nos quedaban 10 km de falsos llanos, alguna subida no muy dura y alguna bajada. Eran las 17:30 cuando salimos. En el km 4 o 5 me quedé sin batería…menudo chasco. Fueron los km más duros físicamente, arrastrar 25 kg de bici con neumáticos de ventosa. Suerte que Albert había cargado batería en el restaurante y en algunos tramos de subida me dejó agarrarme a su mochila. Se hizo oscuro y solo Ciborg llevaba luz, el resto con el móvil nos tuvimos que alumbrar. Creo que sobre las 18:30 llegamos a los coches. Cargamos, nos despedimos y cada uno pa su casa.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
NOTA DEL EDITOR: Hoy se estrena una nueva pluma para relatar las andadura de la peña
¡¡¡ BRAVO MISTER " T" !!!














1 comentario:
Una excursión que me marco en su época y bien valia repetir y hacer fotos támbien en la Taberna del Subirad ADEMAS acabada con las ultimas luces ¡¡ como a mi me gustaba !!! señal de aprovechar a tope el dia
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